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Participio absoluto

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El participio absoluto es aquel que tiene su propio sujeto.

Introducción[editar · editar código]

Cuando se refiere este participio a varios nombres, puede concertar con el más próximo, sobrentendiéndose con los demás:

Los hemos visto mandar y gobernar el mundo desde una silla, trocada su hambre en hartura, su frío en refrigerio, su desnudez en galas y su dormir en una estera en reposar en holandas y damascos (Quijote, I, 37)

donde el participio trocada concierta con hambre, y hay que sobrentenderlo con frío, desnudez y dormir.

El participio absoluto puede referirse a una oración substantiva con que:

El rey, visto que no podía tomar por fuerza la villa, mandola escalar (Mariana)
Sabido por cierto que la gente que el duque tenía, etc. (Amadís, IV, 41)
Ni, dado que yo creyese
Novelas que el vulgo forja,
Temería por tu honor (Bretón, Finezas contra desvíos, II, 1).

La índole del verbo no influye para nada en la construcción del participio absoluto. Así, en:

oído lo cual por Sancho con lágrimas en los ojos, le suplicó (Quijote, II, 17)

oír es transitivo y lleva el agente con por; en

¿Quién pensara jamás llegase un día
En que, perdido el celestial encando
Y caída la venda de los ojos
Cuanto diera placer causara enojos
(Espronceda, Diablo Mundo, III)

tenemos los participios de perder y caer, transitivo el primero e intransitivo el segundo; como en arrepentido el penitente, le absolvió el confesor, el verbo arrepentirse es reflexivo.

Como se ve en el último ejemplo del párrafo anterior, los verbos reflexivos, en esta construcción, no llevan pronombre, porque el participio denota por sí mismo la significación reflexiva; y si lo llevan en los tiempos compuestos, como en yo me he arrepentido, es porque el participio en dichos tiempos ha perdido su significación propia, y no hace más que indicarnos el tema o radical verbal.

Este participio puede tener todos los complementos que su propio verbo admita, menos el directo. Así, al decir Cervantes, Quijote, II, 26:

En menos de dos credos dio con todo el retablo en el suelo, hechas pedazos y desmenuzadas todas sus jarcias y figuras, el rey Basilio mal herido y el emperador Cario Magno partida la corona y la cabeza en dos partes

vemos que el participio hechas conserva el acusativo pedazos, lo mismo que en la activa hizo pedazos la mesa. Asimismo, en tomado el guesto al estudio, no hay cosa alguna que más deleite, vemos el complemento al estudio, que tiene también la locución activa tomar gusto. Pero no admite enclíticos, y por lo tanto no puede decirse prometídome el empleo, me salí contento, sino que en este caso ha de emplearse otra construcción.

Equivalencia[editar · editar código]

El participio absoluto puede equivaler a una de las siguientes clases de oraciones

Adverbial de modo[editar · editar código]

Ya sus penas
Para siempre acabaron: ella misma,
Vueltos al cielo sus piadosos ojos,
Se lo rogó en su angustia (M. de la Rosa, Epístola al duque de Frías).

Con esta significación suele construirse el participio, y también el adjetivo que lo substituye, detrás del nombre, formando locuciones equivalentes a un complemento de modo con la preposición con:

¿Quién te trajo hasta ponerle en un patíbulo, las manos enclavadas, los miembros descoyuntados, las venas agotadas, los labios secosy todo, finalmente, despedazado? (Granada).
En esta gruta se veían figuras de ninfas, hechas de piedra, los pies descalzos, los brazos desnudos hasta los hombros, los cabellos esparcidos sobre la espalday la garganta, el traje ceñido a la cinturay una dulce sonrisa en entrecejoy boca (Valera, Dafnis Cloe, pág. 49).

Concesiva[editar · editar código]

Toma esta significación con la locución conjuntiva si bien:

Acaso algunos de los [romances] que conservamos hoy sobre sus hechos [del Cid] ascienden a aquella época, sí bien corregido el lenguaje en los siglos posteriores (Gil y Zarate, Resumen histórico, pág. 7).

Temporal[editar · editar código]

Es la significación fundamental de este participio, y de ella derivan todas las anteriores. Denota, pues, siempre una circunstancia de tiempo anterior al del verbo de la oración principal, y lleva algunas veces delante la locución después de, y rara vez luego:

Cesado el tumulto, mandó Druso leer las cartas de su padre (Coloma, Tácito, Anales, I, 24).
Recogidas las damas en su estancia y los demás acomodándose como menos mal pudieron, D. Quijote se salió fuera (Quijote, I, 42).
Venida la noche, todos durmieron al raso o en la gruta (Valera, Dafnis y Cloe).

Construcción[editar · editar código]

Lo general es construir la frase formada por este participio delante de la oración principal, como se habrá notado en los ejemplos anteriores; pero puede ir también después o intercalada, especialmente cuando tiene valor modal:

La torpe inobediencia la acompaña,
El duro cuello erguido
(Reinoso, La inocencia perdida, I).
Yació, herida la orgullosa frente
En medio el hondo abismo el ángelfiero
(Ídem, ibid.)

Como ya se habrá notado en les ejemplos anteriores, este participio se antepone siempre al substantivo con el que va concertado, sobre todo si la frase absoluta se halla al principio de la cláusula:

Hecho, pues, el general destrozo del retablo, sosegóse D. Quijote (Quijote, II, 26).

Si el sujeto es un pronombre personal, se usa en la forma de nominativo, y puede ir antes o después del participio:

Después de yo muerto, ni viña ni huerto (Quevedo, Musa, 6).
Idos vosotros, nos quedamos solos.

También va el participio detrás del nombre en ciertas locuciones breves, como comida hecha, compañía deshecha, y en los casos en que puede sobrentenderse la preposición con.

Con el relativo el cual construímos hoy generalmente delante el participio, pero nuestros clásicos lo construían también detrás:

Estas y otras muchas cosas hubo de aqueste bienaventurado casamiento de parte de la Virgen sagrada, las cuales dejadas a que el Espíritu del Señor las enseñe, hablaremos de otras (Ávila, Tratado de San José)
pero destruyó nuestros pecados, destruí dos los cuales, se destruyen penas y muerte que entraron por ellos (Ídem, ibid.).

Seguido de que[editar · editar código]

Las locuciones [antiguas] formadas por el participio pasivo seguido de que y un tiempo de los verbos haber, tener, estar, ser y ver, como

leído que hubo la carta
concluida que tuvo la obra
encarcelados que estén los presos
apartados que fueron los combatientes
herido que se vio

equivalen a una oración temporal con después que o luego que; así: después que hubo leído la carta, después que tuvo conchuda la obra, luego que estén los presos encarcelados, etc., y deben explicarse lo mismo que sus análogas formadas con el infinitivo y con el gerundio. En ellas, como se ve, el participio concierta con el nombre a que se refiere, excepto con el verbo haber, con el cual se nos ofrece en forma neutra, lo mismo que en los tiempos compuestos de la conjugación.

Referencias[editar · editar código]

  • Real Academia Española, Gramática de la lengua castellana, nueva edición, reformada, Madrid, 1917.