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a crear los Hipnosis
La hipnosis es la práctica con la que se pretende tomar el control de la mente, haciendo posible reconfigurar las creencias y sentimientos del individuo hipnotizado en cuestión, además de cambios físicos también. Tradicionalmente, este control es ejercido por un intermediario (hipnotizador/hipnotista), pero también puede ser ejercido por uno mismo (autohipnosis). Aparte de la práctica, se conoce también como hipnosis al estado sugestivo en el cual la mente obedece lo que se le diga, aunque su término más apropiado vendría siendo trance.
Origen de la palabra[editar · editar código]
La palabra hipnosis procede del griego. Deriva de hypnos, en griego ὕπνος (dormir, soñar). La terminación -osis significa la creación de aquello a lo que la terminación se encuentra añadida. Por lo tanto, la palabra hipnosis vendría a ser el acto de crear sueños. Además, en griego Hypnos era una deidad relacionada con el sueño.
Procedimiento[editar · editar código]
Para que la hipnosis surja en su forma más efectiva se ha de descender hasta el subconsciente. La hipnosis también se da de forma consciente, pero apenas es controlable. Para el descenso al subconsciente, la persona ha de entrar en un estado mental de relajación absoluta conocido como trance. En este estado, ciertas facultades físicas se suprimen o cambian. Hay que tener en cuenta que, conforme más se profundiza en el estado de trance, mayor cantidad de efectos habrá. Algunos de los cambios son:
- Sensación de que las extremidades se hacen cada vez más pesadas.
- Capacidad para controlar funciones corporales involuntarias (frecuencia cardíaca, presión arterial...)
- Catalepsia: rigidez muscular extrema. El sujeto permanece en total inmovilidad de la que no es fácil salir.
- Mirada fija y dilatación de la pupila al abrir los ojos.
- Percepción de estar separado del entorno. Es una especie de sensación de flote.
- Agudización extrema de los sentidos. Los sonidos son percibidos con tanta intensidad que pueden llegar a ser dolorosos.
Sin embargo, lo más importante es el cambio que se produce en la mente: la sugestión. En este estado, la mente es sugestionable y por lo tanto cree como real todo aquello que piense o que se le diga. Esto es debido a que en este estado existe una mayor inclinación hacia el hemisferio derecho del cerebro, mientras que el izquierdo es silenciado. El lado derecho del cerebro es el encargado de gestionar las emociones, la imaginación, el asiento del subsconsciente, etc. El lado izquierdo es más racional y lógico, encargado más bien del lenguaje y de las matemáticas. La incapacidad de no poder mirar el lado lógico de todo tal como es en este estado hace que todo lo imaginado se tome como real.
El silenciamiento del hemisferio izquierdo es debido al descenso de las ondas cerebrales. De todas las ondas cerebrales (beta, alfa, theta, delta, etc), es a partir de las ondas alfa en donde se consideraría que uno ha entrado en un estado de trance. En el estado alfa, la mente comienza a ser sugestionable. A partir de las ondas theta (más profundas), se accedería al subconsciente. Todas las experiencias emocionales son revividas en esta fase.
En hipnosis profundas se alcanza lo más parecido al estado sonámbulo. Tanto en el estado sonámbulo como en la hipnosis que lo simula, se generan ondas cerebrales muy densas, lentas y profundas (theta).
Hipnoterapia[editar · editar código]
La hipnosis ha sido utilizada con fines terapéuticos. La hipnoterapia es aplicada más normalmente para problemas de conducta y todo lo que lo envuelve. Para transtornos de ansiedad, alivio del dolor y sanación de adicciones resulta ser bastante útil.
Cultura popular[editar · editar código]
En la cultura popular, hay una cierta cantidad de recursos que se han visto asociados a la hipnosis. Para la relajación, cualquier objeto cuyo movimiento sea pendular siempre se ha reconocido como una de las tácticas principales. Las espirales también obtuvieron popularidad. Sin embargo, ninguno de estos objetos son necesarios para la relajación, sino más bien apoyos.
En una sesión de hipnosis es común que el hipnotista utilice una serie de sugestiones preliminares, tales como decirle al sujeto que sienta que el brazo le pesa mucho, que se está quedando dormido, etc. Estas sugestiones suelen ir acompañadas de cuentas regresivas (tres, dos, uno...). De nuevo, estos son tan solo apoyos.
Existe la creencia popular de que si uno es hipnotizado por un hipnotista, se pierde el control de uno mismo por completo y queda a la merced total del hipnotizador. A pesar de que siempre se ha defendido esta teoría, hay quienes la contradicen y aseguran de que uno mismo seguirá manteniendo el control de sí mismo a pesar de las influencias del hipnotista.