Revolución rusa

La revolución rusa empieza cuando, en 1905, grandes protestas ocupan las calles de la antigua Petrogrado. La población rusa de entonces era en su mayoría proletarios y campesinos pobres, trabajadores que vivían en duras condiciones en contraste con la pequeña burguesía rusa, dueña principalmente de las industrial de país y de los enormes lujos de los que gozaba la familia del zar. Las enormes protestas eran causadas por la guerra ruso-japones de entonces, donde el zar prometió al pueblo un a victoria aplastante, la cual fue un fracaso estrepitoso. Los rusos en la zona del Manchuko (norte China y la peninsula de Corea) era la zona en cuestión, donde la tecnología de la armada japonesa así como sus avanzadas armas de fuego hicieron enormes bajas en las filas rusas.

Esta primera revolución fracasó debido a que el zar ruso usó la fuerza contra el pueblo y se retiró entregando la zona al imperialismo japonés. Las esperanzas de los primeros revolucionarios ahora socialistas, comunistas y anarquistas se desvanecieron.

No es hasta la caída del zarismo en plena primera guerra mundial cuando se impone un gobierno provisional de corte burguesa en febrero del año 1917 cuando los revolucionarios de los partidos de izquierdas como los bolcheviques consiguen agitar las masas del pueblo ruso, llegando así en octubre de ese año al derrocamiento del gobierno burgués que no daba ningún cambio al zarista cuando triunfó la revolución del proletariado.

Uno de los lemas más conocidos de esta segunda etapa de la revolución es "volveremos a 1905" esto es debido a el anterior intento de revolución que se intentó entonces.